sábado, 15 de septiembre de 2007

Querer

Aquel anciano olvidaba voluntariamente las imperfecciones, las sombras, los defectos visibles que salen a la superficie del alma, para no conservar, de los seres que él había elegido sino lo más puro que en ellos había o lo que aspiraban a ser.

1 comentario:

Andrea dijo...

Querido duendecillo escurridizo... ¿Ya no volverás a escribir más aquí? Es una pena... Anímate y muéstranos un poco más de ti!
Un saludo!