miércoles, 2 de julio de 2008
Perfecto
Shakespeare decía que procurando lo mejor estropeamos a menudo lo que está bien. Es cierto, a veces pasa, y los duendes no nos libramos. Por naturaleza somos seres defectuosos, incompletos, inexactos, descuidados, irregulares, imperfectos. Por este motivo, algunos buscan la perfección y se equivocan. El afán de perfección puede hacer a las personas insoportables. Y es que la perfección debe ser insufrible. ¿Te lo imaginas? La perfección absoluta. Lugar donde la indagación no tiene cabida. Donde rige un orden irreprochable y no existe la incertidumbre. Ni el descubrimiento. Ni la mejora. Parece repugnante ¿no?. Algo así debe ser el Paraíso. Por eso largarían al Demonio. Porque se reveló contra la perfección. Estaría hasta lo güevos de tanta pureza.
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2 comentarios:
me recuerda al libro de aldous huxley, "un mundo perfecto". la perfección es terriblemente inquietante.
y desde luego en el infierno cualquier duende lo pasaría mucho mejor!
A mí los duendes me gustan como son, así, imperfectos pero auténticos. Especiales. Únicos. Y es que precisamente ahí es donde está la gracia, la salsa de la vida...
Bien lo sabía ese Demonio cuando se lo montó por su cuenta al ser expulsado de un lugar tan aburrido... Por eso dicen que más sabe el Diablo por viejo que por diablo (es que lo que tuvo que aguantarle durante tanto tiempo a ese señor Dios, vaya tela, ¿no?).
Besos lunáticos!
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