jueves, 11 de septiembre de 2008
El olvido
El manual del duende dice del olvido que es dejar de recordar o de guardar en la memoria algún tipo de información adquirida con anterioridad. Debemos tener en cuenta que esta información se pierde por lugares desconocidos, no es que desaparezca, porque si lo hiciera por completo no recordaríamos que nos hemos olvidado. Además se trata de una acción involuntaria, porque no olvidamos lo que nos da la gana, por eso se dice que tratar de olvidar a alguien es querer recordarlo para siempre. Así, a veces intentamos olvidar pero no lo conseguimos, se nos olvida olvidar y al final no somos capaces de sacarnos la información de la cabeza y recordamos constantemente. Otras veces simplemente dejamos de recordar y se nos olvida en que lugar de la memoria guardamos la información. Este sería el olvido normal, por llamarlo de alguna manera. Existen otros, como el olvido traumático, o el causado por alteraciones del funcionamiento psíquico normal y alguno más que ahora no vienen al caso. Todo esto viene porque en el trabajo hemos olvidado el cumpleaños de Mouchine que fue la semana pasada. Un fallo garrafal, casi imperdonable, inexcusable, intolerable, inaceptable y bochornoso. Lo paradójico de todo esto es que Mouchine es “Don olvido”. En las vacaciones a los cinco minutos de que nos regañaran por tirarnos de cabeza a la piscina se le olvidó, se tiró de cabeza y nos echaron. También se le olvidó, en menos de tres segundos, que no podía chupar una de las pipas que vendían en un puestecillo y lo hizo, y cuando le he preguntado porqué no nos dijo nada el día de su cumpleaños, me ha vuelto a responder que se le olvidó, Alucinante ¿no? ¿Como puede alguien olvidar el día de su cumpleaños? esta pregunta necesita un análisis profundo que ahora no tengo ganas de hacer, pero cuanto menos es un hecho preocupante. Hay gente que piensa que hay que saber olvidar y practican lo que llaman el arte del olvido considerándolo un placer o un motivo de alegría, pero creo que se confunden. Prefiero pensar que cada persona puede y debe hacerse dueño de sus recuerdos de manera progresiva, esto no quiere decir que seamos esclavos de nuestro pasado, sino que lo usemos para mejorar lo único a lo que estamos encadenados, el futuro. Y es que la memoria a pesar de tener una estructura oculta y no atender a leyes convencionales es una de las facultades mas extraordinarias y maravillosas del ser humano, por eso no hay que infravalorarla ni menospreciarla, y mucho menos olvidarla.
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1 comentario:
Por algo los hombres grises utilizaban el olvido como arma, ¿no? Al fin y al cabo, las personas somos en parte conjuntos de recuerdos... Y lo que más nos define no es lo que recordamos sino cómo lo recordamos.
Con respecto a Mouchine, creo que olvidar un cumpleaños no es tan grave, lo grave sería no recordar un solo cumpleaños feliz...
Por cierto, sin ánimo de hacer publicidad, te dejo la web de Nacho por si te apetece darte un masajito:
http://www.quirosaiz.com/
Besotes, duendecillo!
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